Nacional e internacional

Cómo ‘Breaking Bad’ ingenió la fórmula adictiva de ‘Better Call Saul’

Al engendrar la aclamada “Better Call Saul”, “Breaking Bad” logró una suerte de inmortalidad en el terreno de los spinoff que no consiguieron “Friends” (“Joey”), “MASH” (“AfterMASH”) ni “The Golden Girls” (“The Golden Palace”), entre otros. En momentos en que la precuela se acerca a su final, vale la pena considerar cómo el legado de la premiada serie dio lugar a uno de los mejores vástagos televisivos desde que “Cheers” derivó en “Frasier”.

“Breaking Bad” debutó en 2008, el año después de que “Mad Men” pusiera a AMC en el mapa como hogar de narraciones de calidad. Junto con “The Shield” y “Nip/Tuck” de FX, estas cadenas de cable básico demostraron que lo que se considera televisión de primera calidad puede definirse por la calidad y la ambición, no solo por su lugar de emisión.

Las claves de la resistencia de “Breaking Bad” pueden rastrearse a una variedad de ingredientes, combinados de una manera que se ve en la fórmula adictiva de “Saul”, pero que ha demostrado ser tan difícil de replicar para los imitadores como la metanfetamina inusualmente pura de Walter White.

Ambas series trazaron el descenso moral de sus personajes centrales, combinando la comedia oscura, momentos absurdos y escenas largas y lentas impregnadas de tensión y drama de alto riesgo.

Tal vez lo más importante sea que “Breaking Bad” —que presentaba la evolución del profesor de química Walter White (interpretado por Bryan Cranston), enfrentado a un diagnóstico terminal, hasta convertirse en un cerebro criminal— se convirtió en una de las series más imprevisibles que ha producido la televisión. Su creador, Vince Gilligan, y su equipo siempre se han metido en problemas que parecían ineludibles, para luego revelar una salida plausible y normalmente ingeniosa.

En cuanto a la decadencia moral de Walt, el momento emblemático fue cuando se quedó sentado viendo cómo la novia de su compañero Jesse (Aaron Paul), que estaba durmiendo, moría asfixiada, sin cometer un asesinato exactamente, pero sin intervenir para protegerse. Esto presagió otras víctimas que vendrían después, incluyendo la sorprendente secuencia en la que White planeó la muerte del capo de la droga Gus Fring (Giancarlo Esposito).

En su momento, los comentaristas establecieron paralelismos entre Walt y Tony Soprano, ambos hombres de familia y criminales que personificaban la era del antihéroe televisivo

con información de cnn

Notas relacionadas

Back to top button